11 de marzo de 2009

Canicas de colores

Todavía tengo días vacíos y tontos en los que me pregunto dónde estarás, qué harás, de quién te has enamorado durante este tiempo. Incluso te imagino con el uniforme del ejército paseando por el comedor de mi casa de ahora mientras me como una insípida tarrina de yogur de las de antes, cuando no fumaba y me hartaba de galletas mirándote como a una tele.

Ahora miro al maldito encantador de perros en el canal de Cuatro. Tú encantabas perros. Creo que los, les, sigues encantando. Todos los adiestradores del mundo podrían ser tú desde entonces, y gracias a ti sé nombrar todas las razas de los perros que me cruzo por la calle. Para mí, todos los de caza, y para ti, todos los molosos. Y así será siempre por que en eso se quedó todo.

Íbamos a vivir en la montaña por que allí, se supone, viven los escritores al lado de la chimenea y las personas que tienen criaderos de perros. Los pasearíamos cada día a las 7 de la mañana en bicicleta, y cada nombre de cada perro de cada camada empezaría por la letra que tocara ese mes. Tal cual mandan las normas del Pedigree. Evitaríamos los nombres ridículos, pero sospechábamos que con el tiempo, con todo el tiempo que teníamos por delante, las opciones se acabarían estrechando hasta lo ridículo sin remedio. Se suponía que desde lo más alto del pueblo más pequeño los problemas de los demás apenas nos llegarían a afectar, sufriendo por siempre jamás un dolor de altura que nos mantendría enajenadas del mundo. Seríamos felices en el monte de orégano, sin movernos un milímetro del lugar del mundo que habíamos escogido para las dos, y seis días al año bailaríamos con la música alta en el tejado de pizarra de la casa puestísimas de eme. Cuando se nos terminara la tontería, pondríamos en nuestra tarta nupcial un muñeco de Súper Coco y de Triki vestidos de novios, tendríamos tres hijos hiperlaxos y miopes: un niño y dos niñas. Nuestros apellidos quedaban bien puestos del derecho y del revés, y eso era una inefable señal de que el mundo merecía nuestra unión y descendencia.

El lobo estepario para ti, Cosmética del enemigo para mí, Family para canturrear, Los piratas para despecharnos, Salsa Rosa para reír, Los goonies para ser pequeñas y las canicas de colores en todos los jarrones. Noestuvomaljoder.

6 comentarios:

chá dijo...

Canicas de colores...estamos bien Gi estamos bien...

tartarugueta dijo...

quin post gi..se m ha fet un nus a la gola.

Soide dijo...

jo lhe llegit 4 o 5 vegades!

http://www.goear.com/listen/a649700/Campos-Magneticos-La-Habitacion-Roja

Elena Netalga dijo...

Nuncaestámaljoder.
(Sin espacios, ni comas y con el perro del vecino ladrándole a la (casi) primavera).

gi dijo...

Chá, objetivamente mejor que nunca.

Tarta, els chupa-chups s'han de llepar, no empassar!

Soide, jo l'he escoltat 3 o 4 cops seguits jeje

Bínsent, peroquemonoestublogcoño!

Anónimo dijo...

Aix... post de estos me ponen melancólica. Es un 10 de bonito.
Un beso.