Eva tenía problemas con las palabras. Para Eva, las palabras se parecían demasiado a esas cortinas de plástico que se instalan alrededor de la ducha: es cierto que son cortinas comprensibles, pero detrás de ellas con frecuencia se adivina la presencia de una delgada silueta entrevista que busca alguna cosa o enjabonándose. El lenguaje solía estar siempre ocupado.
10 de junio de 2011
Villa Borguese
Velocidad de los jardines, Eloy Tizón
Eva tenía problemas con las palabras. Para Eva, las palabras se parecían demasiado a esas cortinas de plástico que se instalan alrededor de la ducha: es cierto que son cortinas comprensibles, pero detrás de ellas con frecuencia se adivina la presencia de una delgada silueta entrevista que busca alguna cosa o enjabonándose. El lenguaje solía estar siempre ocupado.
Eva tenía problemas con las palabras. Para Eva, las palabras se parecían demasiado a esas cortinas de plástico que se instalan alrededor de la ducha: es cierto que son cortinas comprensibles, pero detrás de ellas con frecuencia se adivina la presencia de una delgada silueta entrevista que busca alguna cosa o enjabonándose. El lenguaje solía estar siempre ocupado.
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