19 de noviembre de 2010

Las cajas, las cosas

Metemos las cosas en cajas y toman mágicamente un volumen real. Existen más que nunca. Son presentes, pesadas y muermas. Para moverlas de un sitio a otro, las convertimos en ladrillos de cartón. Llegan a sus destinos como aviones desbordados de inercia. Y las cosas, al sacarlas, salen volando a sus rincones adecuados. Se separan, se dispersan. Desaparecen. Algunas, las olvidas. Tan discretas, las cosas.

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