18 de mayo de 2010

Las botellas que parecen agua, lejía o las dos cosas

Me he agachado para abrir el armario donde guardamos los productos de limpieza. Entre la lejía y el KH7 había una botella de cristal nueva y sin etiqueta. Estaba llena de un líquido transparente. Si un compañero de piso la había dejado allí significaría que era un producto de limpieza más.

Me la he acercado a la nariz y el resultado ha sido como fumar por la boca. La sensación ha sido inmediata, un vaho casi caliente se ha pegado en la parte final de mi tabique. No ha sido desagradable, pero no me ha quedado claro qué tipo de cosas limpiaba aquello. He metido la cabeza dentro del armario.

Todo lo demás se mantenía en su olor habitual, pero la botella, la he vuelto a mirar al sacar la cabeza, podría ser tan válida guardada en el armario como al lado de los fogones. De haber estado allí la hubiera olido igual, aunque de pie. Seguramente tampoco hubiera adivinado a qué carne, pescado o verdura se le echaba aquello. La he dejado en la encimera un momento. Podría habérmela puesto en un guiso. Miedo. Claro que yo no cocino mucho.

Por si acaso, la he vuelto a poner donde la he encontrado. Por un momento he pensado que lo correcto era guardarla detrás de otros productos. Me ha parecido absurdo, así que definitivamente la he escondido en el fondo; la cosa se estaba poniendo tensa.

1 comentario:

Marta dijo...

giiiii, new post, no??