
Ella dijo que le gustaban las películas de terror, de sangre y de sexo explícito. Adoptó una posición de serie zeta y se pegó a mi cuerpo inmediatamente, muy por debajo de mi cuello. Algo besó. Yo sólo podía ver la cicatriz en la cabeza donde le nacen todos los remolinos. Me pareció pequeña, tan pequeña que la abracé y me la llevé.
1 comentario:
Bendita tú.
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