Gracias al desayuno continental del hotel, me sirvo huevos revueltos, bocadillo de jamón, queso brie, un donut, un zumo y café aguado. Cogiendo bollos he visto a la señora Kubrick. Sólo me ha dado tiempo de pensar dos cosas:
1. Parecía llevar el mismo vestido la noche que recogió el premio honorífico a su esposo. Si no igual, muy parecido.
2. Debe ser muy jodido recoger ese tipo de premios póstumos cuando eres viuda.
Aún así, el astronauta de 2001 sigue vivo y está también aquí, en este hotel y desayunando. Yo animo a la señora Kubrick a cambiar genio por vivo.
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1 comentario:
ala no jodas! el astronauta??!! jajajajaj que fuerte. Me encanta esa peli
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