18 de mayo de 2008

El ultramarinos de la índia azul

Me compro El País y la Cuore. Tomo una coca-cola y tres croquetas. Fumo mogollón porque soy capaz de estar sentada sola en una terraza horas si tengo un periódico en las manos. La temperatura es agradable. El camarero es agradable. La silla me disgusta un poco, pero las personas que pasean son agradables. Todo está sencillamente correcto. Es domingo.

Compro pan en el ultramarinos regentado por índios de la esquina. Un señor con tres dedos en una mano se me ha colado vilmente con un paquete de champiñones. No me enfado, no llego tarde a ninguna parte. Las índias siempre me han parecido muy elegantes, por lo menos sí que se puede apreciar una idea muy refinada de lo que les significa vestirse. Los saris se los conjuntan de forma armoniosa, es un look pacífico y nada histriónico. La chica joven lleva una pashmina azul. Le queda bien.

-Me encanta tu camiseta –me dice la chica azul.
-A mí me gusta tu pañuelo.
-Gracias. La chica que llevas es como yo, índia.
-Sí, es un poco índia, la verdad. Un poco índia, también un poco mejicana, un poco virgen. Lo tiene todo.

No hay comentarios: