
El pulpo Vinila Von Bismarck, fetiche del exclusivísimo Madrid.
La lideresa gasta todo el cuerpo de pin up, poco o nada, con solera. De hecho, vetó la entrada a una leyenda urbana: Ava Gardner. Terminó con la actriz orinando sobre los artistas que se alojan allí. Me parece total su sola presencia, polémica para que todos los presentes se fijaran en ella. Impagable promoción envuelta en pieles de pies. Menos mal que el chihuahua en casa me inspira muchísimo, en el sofá echando un vistazo a la sala. Pero en seguida interioriza dónde está y comienza a comportarse como una superestrella: mirando a su alrededor buscando público, pidiendo un bloody mary para desayunar. ¿Organizaría un concierto en el Ritz? “Me colgaría de un trapecio con esta gente”. Servidora atragantándose de estilo concreto. Lo relacionado con los años cuarenta puede llegar a cualquier tipo de bur-les-que, que la gente lo confunde con su bloody mary de las pititas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario